Muchas personas piensan que odio a Alfaro, pero no, odio sus disparos destinados para «convertir a Guadalajara en una capital cultural de Latinoamérica».
Ya no voy a decir más de las esculturas (está muy claro que no están en mi gracia), hoy vengo a hablarles de lo que observé en la inauguración de SuCeDe, la fiesta cultural que inicia el 7 de octubre y finaliza el 18 de noviembre, el itinerario cubre teatro, cine, circo y hasta promoción a la lectura, lo cual me intriga. Lamentablemente el horario me dificulta mucho la asistencia a menos de que sea en fines de semana, espacios donde pretendo tener más acercamientos con el festival buscando mejorar mi primer impresión del evento.
En primera instancia la organización me pareció excelente, en redes sociales círculo un video donde dejaban muy claros los cierres viales y los horarios en que comenzarían y terminarían. Las personas llegaron con antelación para encontrar lugares donde estacionarse (a nosotros nos tomó más o menos quince minutos encontrar un espacio no tan alejado de la Minerva).
Todo pintaba bien, aunque era mucha gente (si, me estaba muriendo y hasta se me revolvió el estómago sentirme tan rodeada de gente) había cierto orden ignorando por supuesto a uno que otro pequeño genio distinguido que se pegaba a ti para pasar y saltar las pequeñas bardas de contención para estar más cerca del espectáculo.
Mis respetos para el audio, estoy acostumbrada a escuchar estática y cantos satánicos en los eventos públicos y realmente estoy muy agradecida por entender cada palabra que dijo nuestro gobernador y disfrutar cada una de las canciones del espectáculo sin problema.
Los globos temáticos del fondo del mar fueron muy impresionantes lo poco que pude verlos de cerca, pero aquí es donde las cosas se empiezan a poner un poco mal.
Primeramente, se dijo que desde cualquier punto de la minerva se iba a poder disfrutar de los globos, afortunadamente vivimos en una ciudad que pese a la indiscriminada tala de árboles aún cuenta con bastantes ejemplares bastante grandes que dificultaba mucho ver lo que estaba pasando ya que los globos se habían conglomerado en la glorieta.
Una parte del público pensaba que había asistido a un desfile. Claramente en general se ignoraba que lo que estaban viendo era una historia llamada «La perla», que como dice el título, cuenta la historia de una perla que se sale de su zona de confort para conocer el mundo debajo del mar.
Les Plasticients Volants es un grupo de circo callejero dirigido a familias que tiene renombre mundial, pero el común denominador desconoce esa información, aunado a la falta de énfasis en la historia y del espectáculo los niños perdieron el interés en los globos las familias empezaron a retirarse en masa. La gente se aburrió.
Cualquier arte se tiene que aprender, si nosotros no estamos acostumbrados a determinado formato en el que tenemos que tejer la historia con los elementos que nos dan enfrente de nosotros solo hay peces inflados dando vueltas con música elegida al azar, era inevitable que la gente se preguntara que diablos estaba haciendo ahí.
Aunque ahora la bala pasó más cerca que con las esculturas el análisis de los públicos para determinar una línea realista para iniciar la nada fácil tarea de inculcar cultura masivamente sigue brillando por su ausencia.
Si, va a haber fotos de masas de gente, si hace dos años no existían estos eventos, pero ¿Qué vamos a lograr? ¿Es esto más que un placebo para que la gente crea que estas inversiones «culturales» van a significar una mejora social? Está en veremos.
Por último les dejo el enlace para descargar el itinerario de actividades, para que los que puedan también se den un momento para conocer las distintas propuestas
https://festivalguadalajara.mx/agenda/invitados-estelar/perla